viernes, 13 de mayo de 2016

A todos los lugares

Aquí en la memoria
te quedaste.
En la cocina te atrapo
mientras sirvo el café.

Que te voy a decir,
que te voy a contar,
que te voy a convencer
de todos los lugares
que podríamos caminar.

Un remolino se levanta
del café.
Lo veo, se tuerce,
se va.

Entonces me acuerdo
que ahora que vuelva
no te voy a ver.

Habrás salido cuando llegue
a casa,
posiblemente a pasear los perros.

Voy a preguntar
y me dirán que estás allí,
buscando a Canelo.

O allá, para comprar un poco de pan.
Me dirán que te vieron salir.

Así va a suceder.

A todos los lugares entraré
justo cuando acabes de pasar.

viernes, 6 de mayo de 2016

O dia Mastroianni (2007) | João Paulo Cuenca


Algunas aclaraciones

Cuando leo un libro, intento leerlo en su contexto. Es decir, haciendo un parangón con el cine,  intento ver una película bajo su género y sus posibilidades. Jamás entro a ver una película de acción y verla con ojos de espectador de cine de autor. Tampoco veo una película de horror queriéndola analizar en términos ajenos a su estética. Pienso que cada obra tiene en sí un tipo de valor. A veces, sin embargo, no somos capaces de reconocerlo. Y esto es lo que me pasa con el libro de Cuenca.

Debo también decir que el portugués es una de las lenguas que más me gusta leer. Es una lengua que me fascina en cuanto a su sonoridad -y más que nada por eso terminé de leer esta novela. Por último, quiero aclarar que son poquísimos los libros que no termino de leer aunque me torture continuar con su lectura. Este libro estuvo a punto de hacerme tirar la toalla. Habiendo aclarado esto, empiezo propiamente la reseña.
 

João Paulo Cuenca
El autor, João Paulo Cuenca (1978), carioca, ha publicado algunas novelas y ha sido traducido hasta el momento a ocho lenguas. Es, según varias revistas literarias, una gran promesa literaria de las letras brasileñas.

O dia Mastroianni

Es una novela corta que narra un día de Pedro Cassavas y Tomás Anselmo. Durante 24 horas podemos seguirlos en su vida común por una clase media-alta brasileña un tanto decadente y hedonista. Entremezclados vienen además capítulos metanarrativos donde uno de los personajes charla con su creador en malogrados diálogos.
Empecé la lectura. Ni la historia, ni el ritmo, ni mucho menos el estilo me atraparon. Hay muchísimas ideas interesantes que no fueron pulidas, que no fueron mejoradas. Y se quedaron en un estado de escritor pretencioso. En el texto –desde mi punto de vista– se ven todavía las cicatrices de creación. Considero sin embargo, que muchas ideas en cuanto a lo intertextual podrían haber sido mucho mejor planteadas pero se pierden en el tono empleado que termina en lo patético:


“- TINHA QUE TER UMA ESCATOLOGIA, NÃO É? DE DIA MASTROIANNI ESSE LIVRO NÃO TEM NADA. TÁ MAIS PRA DIA BEN GAZZARA! E ESSA DO SONHO FOI DUREZA! POR QUE VOCÊ NÃO SE CONTENTA SIMPLESMENTE CONTAR A HISTÓRIA?
- Mas eu não quero contar história nenhuma. Não há história pra contar...

- É POR ISSO QUE A LITERATURA BRASILEIRA NÃO TEM FUTURO”

Creo que el mayor problema que tuve con el texto fue su polifonía: acusa y critica tantos frentes (al lector, al escritor, a la sociedad, a la clase media, a las editoriales, al mercado), que se olvida de contar la historia. Y a veces –sin razón alguna– recurre a reflexiones (seudo)filosóficas no trabajadas y que dejan mucho que desear. Terminan por ser débiles dado que se vuelven lugares comunes:

“Eles dizem, no entanto, que a noite é escura porque o universo tem uma idade infinita, e velocidade da luz também é finita: a luz das estrelas mais distantes não teve tempo de chegar até os homens da Terra. As estrelas que estão fora do seu alcance não brilham no céu, Pedro... A verdade é que não existem. Porque só existe o que você pode ver. A noite é escura porque Pedro Cassavas não vê todas as estrelas. Porque elas nascem e morrem a partir de você. Porque o universo nasceu e vai morrer, assim que você fechar os olhos e não os abrir mais. Pedro Cassavas: você é o único que existe. Nós somos personagens. Ou ainda: nós somos você, mas você nãó nos é.”

Casi se vuelve una predicción en Cuenca lo que dice uno de sus personajes:

“Ando tão ocupado em ser um escritor, que não tenho mais tempo de escrever”

Aquí yo sólo agregaría: de mejorar y pulir el propio texto.
Durante la lectura, estuve a punto de saltarme capítulos; jamás entré a la historia, varios capítulos los tuve que repetir porque sin querer mi cabeza estaba en otra parte menos en la lectura. Apenas en la página 146 (de 161) tuve necesidad de seguir con la historia.

Tengo que decir que este libro no me dijo nada. Ni en contenido ni en cuanto a propuesta literaria. Me dejó con una sensación de perder el tiempo. No lo puedo recomendar y –hasta el momento- no entiendo por qué lo alaban en las reseñas que leí en alemán. Por otro lado, lo edita Caminho, una editorial que de por sí es una garantía de lectura. Definitivamente hay algo entre el libro y yo que no cuadra. He aquí mi ignorancia: ¿para quién es este tipo de libro? Si es para intelectuales (brasileños) es muy muy light; si es para las masas, es muy aburrido... No sé, insisto, no sé de dónde agarrar este libro. Así que léase con pinzas esta reseña.

No sé realmente si este libro es para un público general, lo dudo. Lo que aprendí al terminarlo es que no puedo desconfigurarlo y por tanto, decir algo positivo del mismo para mí es imposible. Lo siento. A manera de bandera de la paz (me fastidia mucho no tener que decir nada bonito del libro), transcribo aquí las partes que encontré interesantes:

“A juventude cega! Não existe algo como “os meus leitores”. O que existe é uma multidão em branco que resolve comprar livros com o meu nome na lombada. Desses, um décimo lê. A outra parte diz que leu, mas não consegue chegar até a metade. Hoje em dia, compra-se o livro pela capa, para botar na estante e fazer bonito. É só mais um fetiche. Dos néscios que largam os livros nas primeiras páginas tenho uma inveja profunda!”

“Poderia descrever a senhora que nos abre a porta como tendo cabelos cor de prata escovada, e dizer que usa sobre o corpo ainda esguio um vestido preto com decote bordado, e camafeu russo espetado sobre o peito, e brincos compridos nas duas orelhas, e bracelete no antebraço rugoso, e cheiro de talco, e olhos vidrados, essas indicações inúteis que se encontram em romances quando o autor precisa descrever alguém. Em vez disso, digo apenas que a velha parece com um retrato de Modigliani.”

“Éramos felizes. E eu esperava que viesse alguma coisa que destruísse isso, porque é o que sempre acontece. Bem, pelo menos é o que acontece nas histórias que a gente lê, ou na maioria dos textos que interpretei quando era uma atriz, mas isso faz tanto tempo. Há quantos anos, minha filha? Quarenta? Essas lembranças me vêm como se fossem de outra pessoa. Nem me reconheço nos filmes e nas fotos.”

“- Quando poderei sair daqui, afinal?
- QUANDO O SENHOR QUISER, MEU CARO. É SÓ ABRIR A PORTA.
- Mas não vejo nenhuma porta.
-INVENTE-A.”

Bueno, así pasa, a veces lectores y escritores son incompatibles. Una espinita se me quedó ahora. Tendré que leer otra cosa de Cuenca para cambiar de opinión.