domingo, 23 de septiembre de 2018

El libro de Ana, novela karenina (2016) | Carmen Boullosa

El libro de Ana, novela karenina (2016)

De una manera casual cae un ejemplar en mis manos. Ajá, pienso. La contraportada avisa que se trata de una combinación entre personajes reales y ficticios de la novela Ana Karenina y que además se incluye el manuscrito de la misma Ana, el cual no aparece en la novela de Tolstoi. Pienso, si alguien tiene el valor de proponer y llevar a cabo una idea como esa, es sin duda, Carmen Boullosa.

Carmen Boullosa (1954, Cd de México)

Es poeta, ensayista, novelista (dieciocho novelas en su haber), dramaturga, catedrática, conferencista...En fin, una persona multifacética. Ha sido galardonada con varios premios nacionales (como el Villaurrutia) e internacionales como el premio de novela café Gijón y el Liberaturpreis alemán.

Posiblemente su nombre se asocia ahora mucho al ganador del Pulitzer Mike Wallace y no tanto porque ambos están casados, sino más bien por la publicación que hicieron juntos, A Narco History, How the United States and Mexico Jointly Created the ´Mexican Drug-War´.

...Quizás a los chilangos nos suena más o menos su nombre, porque ella junto con Alejandro Aura fundó El cuervo, un espacio cultural en el corazón de Coyoacán.

Y mejor aquí terminamos con la biografía que es muy extensa. simplemente agrego que quien conozca textos de la autora encontrará una constante: Boullosa tiene una inclinación por el desafío, ya sea en la forma o en el contenido. No es una autora que uno pueda encasillar con facilidad en temas, pero sí se puede afirmar que los trata apasionadamente. Falta verla en acción presentando un libro para que se entienda lo que digo.


La novela

“Kapitonic le abre la puerta a Annie. El viejo portero que aparece en la novela de Karenina sigue idéntico a como nos lo dejó Tolstoi, el tiempo no ha dejado huella en él.”

No estoy haciendo nada de spoiler. Desde el primer capítulo se cuenta todo. No hay en sí nada que sea oculto. Los personajes sobrevivientes de la novela de Tolstoi, los hijos de Ana Karenina han crecido, Ana sigue soltera, Sergio se ha casado. Todo esto ocurriendo en 1905 en San Petesburgo, a nada del domingo sangriento ruso (es decir, de la matanza de manifestantes pacificos guiados por el padre Gapón).


"Como escribiría la Kollontai, "Ese día el Zar asesinó algo enorme, incluso más grande que los cientos que cayeron. Mató la superstición. Terminó con la fe ciega de los trabajadores que habían estado convencidos de que iban a conseguir la justicia por la beneficencia del Zar."
Mientras lo real se cuenta a través de personajes nuevos, lo ficticio se concentra en contestar otras preguntas: cuál es la relación de los hijos de Ana Karenina, cómo ha afectado a estos dos el suicidio de la madre. El tema sale a colación porque el Zar pide a Sergio que ceda a la colección zarina el retrato de la madre. Sergio no quiere acceder por todas las habladurías que surgirán. La esposa lo convence, es ella misma quien descubre un manuscrito perdido de Ana.

“La idea de entregar al ojo público el retrato de su mamá repugna a Sergio por el escándalo, la afrenta de verla expuesta, las murmuraciones a que dará cabida. Exponer la pintura provocará un ambiente intolerable. La suicida, la adúltera, la mujer perdida estará en boca de todos. Y Sergio, otra vez, no será sino el hijo de ella, esa pobre mujer, si es que puede uno llamarla así...”

No quiero contar más, primero porque hay una que otra sorpresa escondida por allí, por ejemplo el personaje de Clementine, una mujer en contra del sistema que se siente terriblemente incomprendida entre los suyos y que encuentra en el desventurado Vladimir (hombre cuya hermana ha muerto al intentar prevenirlo de no participar en la marcha del domingo rojo) el mejor ayudante para tramar un atentado.

Cortemos ahora y un regaño a Alfaguara

“Sería imposible intentar enumerar las diferencias entre las dos mujeres, porque para ello haría falta detenernos en todas sus características. Hay una diferencia que no se puede dejar pasar: Annie es un personaje de ficción y Claudia no.”

Carmen Boullosa ha conseguido combinar personajes ficticios y reales de una manera extraordinaria y arriesgada. Por desgracia, la edición Alfaguara tiene muchos errores, tal vez esa es la enfermedad actual de las editoriales literarias: que se está perdiendo el respeto al manuscrito y ya no da pudor enviar un texto a imprenta sin haberlo leído un par de veces para corregirlo.

A pesar de ello, sea paciente el lector porque la historia bien vale la pena. No llega a ser exhaustiva, es fluida, atrapa, consigue armar un mundo en la cabeza del lector a una velocidad impresionante.

Finalmente, quiero agregar que este es un libro para un lector formado, para un lector que ama leer intertextualidades, que se fija en la construcción de personajes, es decir, que tiene ojo para la “talacha” de ser escritor, que disfruta del sonido de la lengua.
Si lo tratamos en cuanto a su estructura podemos identificar en la novela tres vertientes: la historia del cuadro de Ana (que es la más apegada a la novela), luego el manuscrito de Ana que en sí ya es una historia que da para un análisis más freudiano: es extremadamente simbólica, utiliza elementos de cuentos de hadas, de prohibiciones, habitaciones que no deben ser abiertas, de llaves que causan placer, de historias de cenicientas que fueron rescatadas por príncipes. Una tercera vertiente es ese diálogo que tiene el narrador con la obra de Tolstoi donde evidencia errores e incongruencias. Incluso, en la tercera parte de la novela se hará aparecer a Tolstoi mismo como personaje dentro del sueño de sus propios personajes. 
Resumiendo, si como lector estos aspectos no interesan, entonces, creo que este libro, no es muy recomendable.
“En todas las épocas hay actores como Vronski, aparentando la precisión de su propia ruta, arrojo y heroísmo, actores medianos de su propio destino que no son más que cortina de turbiedad que desvían, entretienen con oropeles, ejercen un influjo obtuso.”



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