miércoles, 27 de diciembre de 2017

Kentucky Club (2014): Parte II


Benjamin Alire Sáenz
(c) 2016 Larry D. Moore. (wikimedia)



Kentucky Club (Segunda parte)

En esta segunda parte cuento de qué van los cuentos. Así que si no quieren spoilers, mejor sólo leer la primera parte. Y solo leer las citas de esta segunda parte.

Para los perezosos resumo la primera parte: Siete cuentos de un autor estadounidense que es poeta, novelista, autor infantil, cuentista, pintor.

Así que empecemos. Escribo el título de cada cuento. Luego una cita y cuento la trama. Ya avisé.




Él se fue a estar con las mujeres
"Empecé a entender lo que se siente ser invisible."
Relata la historia de amor entre Javier y Carlos. El primero es un joven que coincide en la misma cafetería que Carlos, un escritor. En algún momento hacen contacto ambos y se enamoran. Javier no quiere perder su nexo con Ciudad Juárez a pesar de que Carlos tiene miedo de que un día pase algo malo. Las primeras tres partes del cuento son una descripción de la relación entre ambos: una perfección insuperable. Luego, viene la desaparición de Javier en Ciudad Juárez. Se lo han llevado los soldados. Carlos pierde la cabeza y lo busca e intenta que las autoridades también hagan su trabajo, sin éxito. Las vecinas de Javier lo llaman un día y le entregan el reloj que éste siempre llevaban, como prueba de que el chico efectivamente está muerto en la zona donde también esconden cadáveres de mujeres asesinadas. Como se ve por la rudeza del cuento, que las primeras tres partes sean de un rosa tan rosa es necesario para alivianar el final pero no dejarlo caer. Gracias a que conseguimos encariñarnos con ambos, nos preguntamos ¿y hasta cuándo?

El arte de la traducción
“Decidí que podía acostumbrarme a odiar; incluso podía llegar a amar de la misma manera que había aprendido a amar el desierto.”
Pudo desde mi punto de vista haber sido uno de los más logrados cuentos de la colección en cuanto a contenido pero falta como un golpe final en la historia. Narra la historia de Nick, un chico que es golpeado en la calle por cuestiones raciales. A partir de ese momento, Nick reflexiona sobre el lenguaje, en dónde se siente cómodo y por qué en alguna lengua puede decir mejor una cosa que en la otra. Después de su accidente, su identidad se pierde, él no tiene deseos de nada; se las arregla con trabajos secundarios. En algún momento una chica mayor lo lleva a la cama. Nick no se deja ver la espalda llena de cicatrices por la mujer. En un segundo encuentro, ella vuelve a intentar ver la espalda, Nick se enfada. A partir de ahí le queda claro que hay cosas que tiene que empezar a saber traducir, por ejemplo, en lo que se convirtió, en el odio que tiene por los chicos que le marcaron la espalda, y en el mensaje mismo que le grabaron en su espalda.

El que pone las reglas
“Tienen a mi padre con un respirador artificial. Tuvo una sobredosis. Heroína, cristal, no lo sé. Todo parece tan predecible, tan inevitable. [...] Le voy a retirar el respirador. Sé que es lo que él hubiera querido. Al fin puedo darle algo. Algo que importa.”
Trata sobre Maximiliano. Un chico que vive primeramente con la madre, luego como la madre no consigue sacar a flote a los dos, lo lleva con el padre, quien es estadounidense. Maximiliano llega teniendo 10 años con él y se tiene que acostumbrar a su nueva vida. Todo lo que le dice el padre se vuelve una regla para él: si el padre le dice saca solo buenas notas, el niño estudia y hace lo posible para que sea de esta manera. Maximiliano se va dando cuenta con los años de que el padre es traficante de drogas y de que va cayendo en el uso de los estupefacientes que vende. Pasan los años, es hora de ir a la universidad, el chico puede escoger a qué universidad ir, como conoce tan bien a su padre, apunta la Universidad de Harvard en la lista, a pesar de que él no tiene interés alguno. El chico termina por estudiar en Georgetown. Un día, lo llaman porque el padre se excedió en el consumo de drogas y él tiene que ir a desconectarlo del respirador. Él va y reflexiona sobre ese tipo de relación tan extraña que tuvo con su padre. Es ahí donde se da cuenta que por fin consigue tener afecto por él. Una historia interesantísima de leer porque las escenas que se plantean entre padre e hijo, los valores que tiene el padre, lo que está viendo el chico con diez años son brutales. Una joya de cuento.
Hermano en otro idioma
“-Odiar a tu padre es mucho trabajo.
-En realidad no. Me la pone fácil.
-¿Hay alguna parte de ti que lo quiera?
-No.”
Este cuento me recordó algunas películas donde el hermano mayor desaparece de la familia (ya sea que se va o bien que se muere), y el hueco que deja esta ausencia en la familia así como la expectativa que le queda al siguiente hijo de ser todo lo que los padres quieren. Y más o menos el cuento va sobre esto, pero no tan así. Aquí desaparece el hijo mayor, muy poco tiempo después nos damos cuenta de que los padres tienen mucho que ver en eso, son personajes incapaces de sentir amor por nadie. El padre solo trabaja y hace dinero. Así que al hijo menor únicamente le queda ser rebelde. Y aquí es donde empieza la historia, los padres lo mandan al psicólogo después de un intento de suicidio. El chico empieza a interesarse por su psicólogo, se va de casa. En algún momento el padre muere en un accidente, le deja dinero; la madre ni lo busca. El chico localiza al abogado del padre quien –y aquí viene una explicación muy barata por parte del escritor (nótese que no me gustó el cuento por su artificiosidad)– le explica que el hermano desaparecido era gay, se fue a Buenos Aires y falleció en Argentina. Al protagonista tanta información lo bombardea, lo cual es evidente. Es una sacudida que el hermano mayor también esté muerto. Tener una pérdida más lo deja a él en la orfandad completa con lo cual se pone a beber, atraviesa la frontera, regresa, sigue bebiendo y termina detenido. Al despertar tiene sangre en el cuerpo y sospecha que ha hecho algo terrible. En algún momento piensa que debería llamar al abogado de su padre pero luego se da cuenta de que no tiene para qué salir y se queda. Para aquellos que se pregunten: ¿y el título? Bueno, el hermano murió en un país de habla española y por eso, es un hermano en otra lengua.

A veces la lluvia 
“No había ninguna razón en el mundo para que yo llegara a saber nada de Brian Stillman. Excepto que pasó algo. Supongo que eso resume lo que es vivir. Siempre pasa algo.”
En este cuento creo que es donde más queda el narrador que usa Alire: Ernesto, un joven que está describiendo el mundo donde se desenvuelve y cómo le cuesta ser parte de él. En este caso se trata de un chico de clóset que es un outsider. El chico tiene capacidades para el estudio y el deporte; sin embargo en una familia disfuncional él no tiene forma de ser apoyado. Su padre no lo baja de perdedor, su madre ni se ocupa de él. Se hace lo que el padre diga y se cumplen las reglas del padre, que son prácticamente: mientras no estorbes, todo bien. Ernesto entra en contacto con un chico del colegio, Brian Stillman, el cual lo ha acosado escolarmente simplemente por ser de origen mexicano. Ernesto le dice que no siente ningún tipo de rencor. En una fiesta al aire libre, Ernesto descubre que Brian está saliendo con un chico mexicano. Con el tiempo, Ernesto se va dando cuenta de que piensa en Brian. Hasta que en una ocasión lo encuentra tirado y golpeado en la calle. El padre de Brian le ha dado una paliza al hijo. Ernesto lo hospeda unos días en casa para que pueda sanar y decidir qué hacer. Brian no piensa regresar a casa, así que Ernesto lo ayuda a huir y le da todos sus ahorros.
Pasa el tiempo, Ernesto se entera de que Brian se alistó en el ejército y le confiesa su amor en una carta (a esto me refiero con: ¿estoy leyendo a Corín Tellado gay?). Ernesto muy emocionado espera reencontrarlo pero (... bien novela mexicana) sucede que Brian muere en combate. Ernesto tiene un tipo de duelo que acaba con la lluvia, aquello que lo unía con Brian en un tipo de final agridulce pero no pesimista.

Persiguiendo al dragón 
“Algunas noches despierto en la oscuridad y sé que la estuve soñando. La veo sentada en el piso, su cara iluminada por la luz de la lámpara del cuarto. Parece un ángel. Veo que me pasa la jeringa. Veo que la tomo. La oigo murmurarme al oído. Conrad, muérete conmigo."
Va sobre dos hermanos que prácticamente heredan el sino de los padres: él es guapo y tiene compulsión por el sexo. Ella es como la madre, también depresiva y termina en las drogas. La madre se suicidó luego de una depresión, el padre terminó en la cárcel por matar a golpes a alguien y fue muerto de igual manera. Los hermanos crecen y van heredando esas características de los padres, así como esa necesidad de que el otro esté allí. Ella se va sumiendo cada vez más en las drogas. Él cada vez más abandonado al sexo.
El hermano puede salir de todo eso, puede cambiarse de ciudad y reiniciar sin que tenga de cerca las ataduras familiares. Pero decide quedarse por la hermana y dejarla libre, aunque sabe que es probable que la hermana no consiga superar a sus demonios (que aquí vienen a ser los dragones).
Este es un cuento sumamente recomendable porque deja apreciar bastante bien los apegos y el tejido familiar disfuncional: ese amor que frena, que impide ser.
Al final, la chica ha tomado la decisión de suicidarse y llama al hermano. Él tiene que tomar su propia decisión. Y se decide por vivir. Esa decisión la va a tener que arrastrar para siempre.

El juego del dolor
“Aullar bien puede salvar a los perros, pero para la gente llorar no sirve de nada. Yo dejé de llorar hace mucho tiempo.”
La colección termina con un cuento que en tensión y trama pareciera flojo y donde nos acercamos peligrosamente a la literatura rosa con personajes gay. Un cuento que no convencería nada si estuviera al principio, presentando el libro. Aquí, como cierre, se nos recuerda que la literatura es para creerla, para permitirle hacer cosas que no pueden ocurrir en la realidad, no al menos bajo la misma vida. En este cuento dos hombres adultos se enamoran pero se han conocido cuando aún no estaban dispuestos a unirse en una relación tradicional. Uno es un abogado que se metió en negocios sucios y fingió su muerte, incluso el amado lo cree muerto. El otro es un prefecto que ayuda a jóvenes a encontrar su camino. Y todo sería dolor si no fuera porque los muertos resucitan y avisan que han fingido su muerte.
Para terminar solo quiero recomendar el libro y ya. Punto.

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