Arde
Josefina (2017) | Luisa Reyes Retana (1979)
Premio Mauricio Achar 2017
Dicen las malas lenguas que este Premio viene quitando prejuicios y
reclama ser un premio donde no haya mano negra, presume de apoyar a nuevos
talentos. Dicen las malas lenguas que esto es cierto. La novela que me cayó en
las mano, Arde Josefina, de la mexicana Luisa Reyes Retana es la
ganadora 2017. Vamos a ver.
Arde Josefina
Tal vez porque he perdido la disciplina de escribir reseñas, no haré
mucha introducción al respecto y me iré al punto. Y me disculpo enormemente por
el spoiler. En fin, empecemos. Con un diseño de portada entre clásico y
seguro Random House publica a la ganadora. El cover es una pintura en la cual
un niño y una niña son las principales figuras, a los costados dos personas los
enmarcan. Arde Josefina, así se intitula la novelilla de cerca de
150 páginas.
Josefina es la narradora y protagonista. Tanto ella como su hermano son
de origen inglés y terminan viviendo con la familia en Hidalgo, México. (Digresión:
uno de los estados de la República Mexicana con mayor presencia inglesa que
incluso se hace sentir en la cultura). La novela tiene dos ejes
temporales: la juventud de los hermanos y el presente: cuando ambos son
adultos. Me decido por contar los hechos cronológicamente. Desde que Josefina y el hermano son pequeños, los padres son
incapaces de sostener una relación “sana” o ejemplar con sus vástagos.
Mantienen una distancia emocional con los hijos bastante clara y que aumenta
cuando al niño se le detecta una enfermedad mental. Bajo este setting, partimos: dos hermanos que sólo se tienen a ellos mismos, no se sienten ingleses porque fueron socializados a la
mexicana y tienen una fuerte relación de dependencia. El hermano
sufrirá al ver que Josefina se enamora y sentirá que en parte lo ha suplido.
Josefina sabe que su relación amorosa con un alumno inglés del colegio
hace sufrir al hermano y lo desestabiliza emocionalmente, y quizás por eso
mismo busca y provoca ser observada por su hermano. Es justo la primera experiencia sexual de la chica el disparador que desestabiliza por completo al hermano. Ella se
siente entre culpable y agradecida de ser vista por el hermano, el novio siente
la complicidad entre los hermanos e intuye que de alguna manera ha sido el
instrumento de esta pasión. ¿Suena todo esto a telenovela mexicana? Tal vez,
pero por desgracia ahí no para la cosa.
En un ataque de soledad, confusión y
sobre todo liberación, Josefina deliberadamente hace incendiar la casa y de
esta forma se venga de los padres que han decido internar al hijo en un psiquiátrico.
Su novio ha desaparecido.
Pero como decía, no todo acaba ahí: los padres vuelven a Inglaterra,
donde fallecen, con lo cual los hermanos quedan huérfanos (obviously).
Josefina se tiene que hacer cargo legalmente del hermano, cuya enfermedad no
puede detenerse y le impedirá tener una vida normal. Por lo cual, será
necesario que el hermano permanezca en un psiquiátrico. Pasa el tiempo y
Josefina que se está reacomodando en su propia vida, recibe una llamada del
hospital. El hermano ha embarazado a una paciente. Josefina charla
con él, quien en un atisbo de lucidez le pide que cuide al niño. Esta petición no solo viene de él,
luego de terminar de hablar con el hermano, son los padres de la chica quien
prácticamente se lo exigen. ¿Qué va a hacer ella con el hijo de su hermano?
El hermano se suicida. Ella piensa que ha sido todo esto una
conspiración del hospital y que no se trata de un suicidio. De la nada, sale su
primer amor y le confiesa que todo este tiempo ha tenido que separarse de ella
porque sabía que su presencia inquietaba al hermano. Y sigue tan presente ese
primer amor que el chico cede ante la petición de ella, de exhumar al hermano
para comprobar que no se ha tratado de un suicidio. El niño nace y lo crían
estos dos. Pero Josefina sabe que hay algo que la quema por dentro. Y ver a su
sobrino, cada día, reafirma esa sensación. Decide quemar el hospital. Y lo
hace: de ahí el nombre Arde Josefina. Fin de la novela.
Digresión: La novela Yoica
He resumido la trama no para decir si es o no un buen tema. El tema desde
hace unas décadas es lo de menos, lo que importa es el cómo. Y es aquí donde me
quiero centrar. Esta es una trama abundante en sucesos contada de manera limpia y
extremadamente vouyerista que atrapa (en muchas de sus páginas); es evidente
que la autora sabe de ritmo y consigue sacar varias piezas ornamentales de su
historia. Pero en otras páginas uno se pregunta: ¿estoy acaso leyendo una
novela rosa (véanse los capítulos referentes al resurgimiento del primer amor)?
Claro, no es fácil saber cuándo ya se pasó uno de cheesy en
sus historias y lo mejor es dárselas a lectores de confianza para que aconsejen
un poco.
Pero
no estoy criticando el sentimentalismo exacerbado de un par de capítulos, ni
estoy criticando los hechos presentados. Me pregunto qué le faltó a mi lectura.
Sigo del primer capítulo al último con vouyerismo lo que hacen los personajes. A veces con incredulidad por la rapidez en que se cuentan pasajes
importantísimos. La tensión cae además. Entonces recuerdo un concepto del que habló Sara Sefchovich en
un curso de literatura escrita por mujeres, “La novela yoica”. Sí, creo que mi
insatisfacción como lectora es eso: leo una historia entretenida que no me deja
marcas a pesar de que los hechos bien pudieran hacerlo. ¿Por qué sucede eso?
Porque a la novelilla le faltan personajes que tengan carne y hueso, que no hablen de Josefina en
sí: sino que puedan hablar de las Josefinas que hay en todos nosotros, en
mí, en mi vecina, en mi hermano. Eso, por desgracia, no pasa durante la lectura
porque la narradora no es creíble, una pirómana cuyo comportamiento sexual es
arriesgado no se sostiene diciendo “soy mala”, se sostiene mostrándolo: en sus
reflexiones, en su nerviosismo. En resumen, o bien, a esta novela le faltaron páginas para
profundizar los aspectos, o le sobraron aspectos y bastaba simplemente con
concentrarse en los hermanos sin tanta explicación con los padres. Miremos el diálogo del hermano al pedirle a la hermana que se quede con el
hijo. Más de eso faltó en la novela, personajes que nos hicieran creer quiénes
son, por qué tienen ciertas motivaciones y qué los mueve; eso no se ve y termino con mi último ejemplo esperando ser más clara: ¿el
primer amor te ayuda a desenterrar a tu hermano así nomás después de años de no
estar en tu vida?
Aquí
me lavo las manos. No me gusta decir: este libro es bueno, este es malo. Porque
muchas cosas son juicios subjetivos. Por eso aclaro: el libro tiene ritmo,
tiene acción. Pero a mí como lectora: me falta el contenido.
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