Se siente a fin
falto de inicio.
A canción robada
de un recuerdo parecido.
Viene la división
la cortada. El vacío.
La sonrisa que no regresará
ni nada.
Viene la cama entera
para uno mismo.
Y vienen las veinticuatro horas
cada una con sus sesenta minutos.
Tiempo suficiente para reacomodar
las piezas.
Sabes, no me han rajado el corazón
tan seguido como para tener ya
memorizadas las piezas
y armar de nuevo su figura.
(En eso estoy)
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