Benjamin Alire Sáenz (c) 2016 Larry D. Moore. (wikimedia) |
Kentucky Club (Segunda parte)
En esta segunda parte cuento de qué van los cuentos. Así que si no quieren spoilers, mejor sólo leer la primera parte. Y solo leer las citas de esta segunda parte.
Para los perezosos resumo la primera parte: Siete cuentos de un autor estadounidense que es poeta, novelista, autor infantil, cuentista, pintor.
Así que empecemos. Escribo el título de cada cuento. Luego una cita y cuento la trama. Ya avisé.
Él se fue a estar con las mujeres
"Empecé a entender lo que se siente ser invisible."
El arte de la traducción
“Decidí que podía acostumbrarme a odiar; incluso podía llegar a amar de la misma manera que había aprendido a amar el desierto.”
Pudo desde mi punto de
vista haber sido uno de los más logrados cuentos de la colección en cuanto a
contenido pero falta como un golpe final en la historia. Narra la historia de Nick,
un chico que es golpeado en la calle por cuestiones raciales. A partir de ese
momento, Nick reflexiona sobre el lenguaje, en dónde se siente cómodo y por qué
en alguna lengua puede decir mejor una cosa que en la otra. Después de su
accidente, su identidad se pierde, él no tiene deseos de nada; se las arregla
con trabajos secundarios. En algún momento una chica mayor lo lleva a la cama.
Nick no se deja ver la espalda llena de cicatrices por la mujer. En un segundo
encuentro, ella vuelve a intentar ver la espalda, Nick se enfada. A partir de
ahí le queda claro que hay cosas que tiene que empezar a saber traducir, por
ejemplo, en lo que se convirtió, en el odio que tiene por los chicos que le
marcaron la espalda, y en el mensaje mismo que le grabaron en su espalda.
El que pone las reglas
“Tienen a mi padre con un respirador artificial. Tuvo una sobredosis. Heroína, cristal, no lo sé. Todo parece tan predecible, tan inevitable. [...] Le voy a retirar el respirador. Sé que es lo que él hubiera querido. Al fin puedo darle algo. Algo que importa.”
Trata sobre Maximiliano.
Un chico que vive primeramente con la madre, luego como la madre no consigue
sacar a flote a los dos, lo lleva con el padre, quien es estadounidense.
Maximiliano llega teniendo 10 años con él y se tiene que acostumbrar a su
nueva vida. Todo lo que le dice el padre se vuelve una regla para él: si el
padre le dice saca solo buenas notas, el niño estudia y hace lo posible para
que sea de esta manera. Maximiliano se va dando cuenta con los años de que el
padre es traficante de drogas y de que va cayendo en el uso de los
estupefacientes que vende. Pasan los años, es hora de ir a la universidad, el chico puede escoger a qué
universidad ir, como conoce tan bien a su padre, apunta la Universidad de Harvard en la lista,
a pesar de que él no tiene interés alguno. El chico termina por estudiar en Georgetown. Un día, lo
llaman porque el padre se excedió en el consumo de drogas y él tiene que ir a desconectarlo del
respirador. Él va y reflexiona sobre ese tipo de relación tan extraña que tuvo
con su padre. Es ahí donde se da cuenta que por fin consigue tener afecto por
él. Una historia interesantísima de leer porque las escenas que se plantean
entre padre e hijo, los valores que tiene el padre, lo que está viendo el chico
con diez años son brutales. Una joya de cuento.
Hermano en otro idioma
“-Odiar a tu padre es mucho trabajo.
-En realidad no. Me la pone fácil.
-¿Hay alguna parte de ti que lo quiera?
-No.”
Este cuento me recordó
algunas películas donde el hermano mayor desaparece de la familia (ya sea que
se va o bien que se muere), y el hueco que deja esta ausencia en la familia así
como la expectativa que le queda al siguiente hijo de ser todo lo que los
padres quieren. Y más o menos el cuento va sobre esto, pero no tan así. Aquí
desaparece el hijo mayor, muy poco tiempo después nos damos cuenta de que los
padres tienen mucho que ver en eso, son personajes incapaces de sentir amor por
nadie. El padre solo trabaja y hace dinero. Así que al hijo menor únicamente le
queda ser rebelde. Y aquí es donde empieza la historia, los padres lo mandan al
psicólogo después de un intento de suicidio. El chico empieza a interesarse por
su psicólogo, se va de casa. En algún momento el padre muere en un accidente,
le deja dinero; la madre ni lo busca. El chico localiza al abogado del padre
quien –y aquí viene una explicación muy barata por parte del escritor (nótese
que no me gustó el cuento por su artificiosidad)– le explica que el hermano
desaparecido era gay, se fue a Buenos Aires y falleció en Argentina. Al
protagonista tanta información lo bombardea, lo cual es evidente. Es una
sacudida que el hermano mayor también esté muerto. Tener una pérdida más lo
deja a él en la orfandad completa con lo cual se pone a beber, atraviesa la
frontera, regresa, sigue bebiendo y termina detenido. Al despertar tiene sangre en el cuerpo
y sospecha que ha hecho algo terrible. En algún momento piensa que debería
llamar al abogado de su padre pero luego se da cuenta de que no tiene para qué
salir y se queda. Para aquellos que se pregunten: ¿y el título? Bueno, el
hermano murió en un país de habla española y por eso, es un hermano en otra
lengua.
A veces la lluvia
“No había ninguna razón en el mundo para que yo llegara a saber nada de Brian Stillman. Excepto que pasó algo. Supongo que eso resume lo que es vivir. Siempre pasa algo.”
En este cuento creo que es
donde más queda el narrador que usa Alire: Ernesto, un joven que está describiendo el mundo
donde se desenvuelve y cómo le cuesta ser parte de él. En este caso se trata de un chico de clóset que es un
outsider. El chico tiene capacidades para el estudio y el deporte; sin embargo en una
familia disfuncional él no tiene forma de ser apoyado. Su padre no lo baja de
perdedor, su madre ni se ocupa de él. Se hace lo que el padre diga y se cumplen
las reglas del padre, que son prácticamente: mientras no estorbes, todo bien. Ernesto
entra en contacto con un chico del colegio, Brian Stillman, el cual lo ha
acosado escolarmente simplemente por ser de origen mexicano. Ernesto le dice que
no siente ningún tipo de rencor. En una fiesta al aire libre, Ernesto descubre
que Brian está saliendo con un chico mexicano. Con el tiempo, Ernesto se va dando
cuenta de que piensa en Brian. Hasta que en una ocasión lo encuentra tirado y
golpeado en la calle. El padre de Brian le ha dado una paliza al hijo. Ernesto lo hospeda
unos días en casa para que pueda sanar y decidir qué hacer. Brian no piensa
regresar a casa, así que Ernesto lo ayuda a huir y le da todos sus ahorros.
Pasa el tiempo, Ernesto se
entera de que Brian se alistó en el ejército y le confiesa su amor en una
carta (a esto me refiero con: ¿estoy leyendo a Corín Tellado gay?). Ernesto muy emocionado espera reencontrarlo pero (... bien novela
mexicana) sucede que Brian muere en combate. Ernesto tiene un tipo de duelo que
acaba con la lluvia, aquello que lo unía con Brian en un tipo de final
agridulce pero no pesimista.
Persiguiendo al dragón
“Algunas noches despierto en la oscuridad y sé que la estuve soñando. La veo sentada en el piso, su cara iluminada por la luz de la lámpara del cuarto. Parece un ángel. Veo que me pasa la jeringa. Veo que la tomo. La oigo murmurarme al oído. Conrad, muérete conmigo."
Va sobre dos hermanos que
prácticamente heredan el sino de los padres: él es guapo y tiene compulsión por
el sexo. Ella es como la madre, también depresiva y termina en las drogas. La
madre se suicidó luego de una depresión, el padre terminó en la cárcel por
matar a golpes a alguien y fue muerto de igual manera. Los hermanos crecen y
van heredando esas características de los padres, así como esa necesidad de que
el otro esté allí. Ella se va sumiendo cada vez más en las drogas. Él cada vez
más abandonado al sexo.
El hermano puede salir de
todo eso, puede cambiarse de ciudad y reiniciar sin que tenga de cerca las
ataduras familiares. Pero decide quedarse por la hermana y dejarla libre,
aunque sabe que es probable que la hermana no consiga superar a sus demonios
(que aquí vienen a ser los dragones).
Este es un cuento
sumamente recomendable porque deja apreciar bastante bien los apegos y el
tejido familiar disfuncional: ese amor que frena, que impide ser.
Al final, la chica ha
tomado la decisión de suicidarse y llama al hermano. Él tiene que tomar su
propia decisión. Y se decide por vivir. Esa decisión la va a tener que
arrastrar para siempre.
El juego del dolor
“Aullar bien puede salvar a los perros, pero para la gente llorar no sirve de nada. Yo dejé de llorar hace mucho tiempo.”
La colección termina con
un cuento que en tensión y trama pareciera flojo y donde nos acercamos
peligrosamente a la literatura rosa con personajes gay. Un cuento que no
convencería nada si estuviera al principio, presentando el libro. Aquí, como
cierre, se nos recuerda que la literatura es para creerla, para permitirle
hacer cosas que no pueden ocurrir en la realidad, no al menos bajo la misma
vida. En este cuento dos hombres adultos se enamoran pero se han
conocido cuando aún no estaban dispuestos a unirse en una relación
tradicional. Uno es un abogado que se metió en negocios sucios y fingió su
muerte, incluso el amado lo cree muerto. El otro es un prefecto que ayuda a jóvenes a encontrar su camino. Y
todo sería dolor si no fuera porque los muertos resucitan y avisan que han
fingido su muerte.
Para terminar solo quiero
recomendar el libro y ya. Punto.
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